CAPERUCITA ROJA… VERSIÓN EL VILLAR

CAPERUCITA ROJA “VERSIÓN EL VILLAR”

Había una vez una niña a la que todos llamaban Caperucita Roja porque su madre le había comprado una sudadera roja con capucha y en el instituto le pusieron ese mote.

Un día su madre le mandó a casa de su abuela, que vivía en el otro extremo de la ciudad con unas zapatillas air force one que Caperucita había comprado en las rebajas. La abuela era muy mayor y no podía ir ella misma a visitarlas por su cuenta, además también la abuela tenía una cita con su telenovela favorita: “La Rosa de Guadalupe”.

Así pues, Caperucita se calzó las zapatillas, las metió en la mochila, tomó su patinete eléctrico, su móvil y sus cascos y tomó el camino hacia casa de la abuela.

De camino pasó por un parque y allí se encontró con el temido señor Lobo Feroz.

– Hola Caperucita.

– Buenos días, señor Lobo.

– ¿A dónde vas? Sabes que la calle es muy peligrosa y te puede pasar algo…

– Voy a casa de mi abuela a llevarle unas air force one.

El Señor Lobo se queda pensativo y esbozando una sonrisa maliciosa le dice a la niña: −¿Qué te parece si hacemos una carrera?

– De acuerdo, pero si gano yo me das las Air Force one de tu abuela.

– Y si gano yo, señaló Caperucita, me das tu Iphone 14. ¿Qué te parece?

– Vale, pero tiene que haber un premio a quien gane, ¡si no yo no lo hago!Vale, trato hecho. ¿Nos sacamos una foto para el insta?

– Vale, ¡va a la de una!

Tras esta conversación cada uno se fue por un camino distinto, pero Caperucita, siempre con sus ingeniosas intenciones, miró por Google Maps y encontró un camino mas corto aún que el del lobo para llegar a casa de su abuela, por lo que, efectivamente llegó Caperucita antes que el señor Lobo a casa de la abuela.

– ¡Ja…! Lobo tonto, que fácil fue ganarme su Iphone 14, pero… en realidad no me fio mucho de sus intenciones.

Y así, Caperucita picó en casa de la abuela, que rápidamente fue a abrirle

– Nietecita mía…, ¡Qué sorpresa!

-Hola abuela. Vengo a traerte tus Air force one.

– Gracias querida. Creí que no iban a llegar a tiempo para salir este finde con mis amigas.

– Por cierto, tengo que contarte… de camino aquí me encontré con un lobo tonto que viene con malas intenciones.

– ¡Alexa…! −dijo la abuela− llama al 112 y pide ayuda a la policía.

– El señor Lobo está a punto de llegar− dijo Caperucita, necesitamos entretenerle, ¡cuando llegue le retaré a jugar al Stumble guys!

En efecto. Sonó el timbre y acto seguido el lobo comenzó a abrir la puerta, dando el tiempo justo a la abuela para esconderse donde no pudiera verla.

– Vaya, vaya, vaya, Caperucita… has sido muy rápida y lista y me has ganado la carrera.

– ¿Qué pensabas? Me debes un Iphone 14.

– Ni en tus sueños, nena, −replicó el Sr Lobo acercándose a ella con intención de agredirla.

En ese momento apareció la abuela armada con una chancla y sin ningún miedo con tal de defender a Caperucita. En pleno forcejeo apareció la policía derribando la puerta. Alexa había hecho bien su trabajo.

A partir de ese momento todo fue muy rápido: la policía detuvo al lobo y en un juicio express se emite una orden de alejamiento para él de toda civilización, castigándole a volver a lo más profundo y frondoso del bosque donde en las noches de invierno se le escucha aullar triste y a la vez enfadado por no poder volver a molestar ni engañar a ninguna niña de la ciudad.

Erase una vez que se era un cuento como este con el que quisimos jugar y desde el Colegio Público El Villar… ¡nos lo acabamos de inventar!